LA MUJER EN LA MÚSICA

Si alguien nos preguntase sobre el nombre de algún compositor de música clásica, todos sabríamos responderles con Mozart, Beethoven, Bach, Vivaldi o Falla por poner un ejemplo. Pero si preguntamos por el nombre de alguna compositora ¿Que pasaría? ¿Alguien sabría decirnos alguna?
Decimos que apenas hay mujeres músicos, o eso al menos creemos. A continuación haremos un breve recorrido a lo que ha sido la música clásica hasta nuestros días para tratar de demostrar lo contrario. No solamente en la composición, sino también en su contribución más que notable al mundo de la música.

viernes, 15 de marzo de 2013

Coro de Las Virtudes Hildegard von Bingen

BIOGRAFÍA


Nace el 16 de septiembre de 1098 en Bermersheim, Alemania.
Fue abadesa, líder monástica, mística, profetisa, médica, filosofa, compositora y escritora. Desarrolló una intensa labor religiosa, científica, artística e incluso política.


Desde muy niña, Hildegard tuvo visiones. Vivía estos episodios conscientemente, es decir, sin perder los sentidos ni sufrir éxtasis. Ella los describió como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y colores; además iban acompañados de una voz que le explicaba lo que veía y, en algunos casos, de música.

Cuando Hildegard cumplió catorce años, se enclaustro en el monasterio. Este monasterio era masculino, pero acogió un pequeño grupo de reclusas en una celda anexa

En 1136, Hildegarda, a pesar de su juventud, fue electa como abadesa de manera unánime por la comunidad de monjas, que en ese momento había crecido enormemente.

A la edad de cuarenta y dos años, le sobrevino un episodio de visiones más fuerte, durante el cual recibió la orden sobrenatural de escribir las visiones que en adelante tuviese.

A partir de entonces, Hildegarda escribe sus experiencias, que darán como resultado el primer libro, llamado Scivias (Conoce los caminos).

El conocimiento de estos hechos, llegó hasta el abad, el arzobispo y el papa Eugenio.
Un comité de teólogos, estudió y aprobó parte de Scivias. El mismo papa declararía que tales visiones serían fruto de la intervención del Espíritu Santo.

Tras la aprobación, envió una carta a Hildegard, pidiéndole que continuase escribiendo sus visiones. Con ello da comienzo la actividad literaria y la relación epistolar con múltiples personalidades de la época, mantuvo correspondencia con reyes, emperadores y papas que pedían sus consejos y orientaciones. La gente la buscaba para escuchar sus palabras de sabiduría, para curarse o para que la guiara.
Murió en 1179 a los 81 años de edad.



HILDEGARD VON BINGEN