LA MUJER EN LA MÚSICA

Si alguien nos preguntase sobre el nombre de algún compositor de música clásica, todos sabríamos responderles con Mozart, Beethoven, Bach, Vivaldi o Falla por poner un ejemplo. Pero si preguntamos por el nombre de alguna compositora ¿Que pasaría? ¿Alguien sabría decirnos alguna?
Decimos que apenas hay mujeres músicos, o eso al menos creemos. A continuación haremos un breve recorrido a lo que ha sido la música clásica hasta nuestros días para tratar de demostrar lo contrario. No solamente en la composición, sino también en su contribución más que notable al mundo de la música.

sábado, 1 de junio de 2013

Cécile Chaminade



En el verano de 1865, un joven músico francés llamado Georges Bizet conoce en la ciudad francesa de Vésinet a una niña de ocho años, llamada Cécile Louise Stephanie, hija del financiero Monsieur Chaminade, que le deja asombrado por sus cualidades musicales precoces, debido a las cuales llamaría en adelante a la pequeña “mon petit Mozart”. Cuarenta años más tarde, esta niña sería ya una dama en cuyo nombre y honor se fundarían cientos de clubs femeninos en Estados Unidos, cuyas partituras serían vendidas por miles, y hasta daría nombre a una línea de cosméticos femeninos. Aquella niña fue, en definitiva, la primera mujer que vivió de componer música. Había nacido en París el ocho de agosto de 1857.
Con el apoyo del joven Bizet, siguió cursando sus estudios musicales más allá del ámbito familiar (aunque sin el apoyo de su padre, que era de la opinión de que una mujer burguesa solo debía ser una buena madre y esposa). Hasta la muerte de su padre (que acabo estando orgulloso de la carrera de su hija) escribió lo que el mundo de su época llamaba “música seria”, destacando su maravilloso y virtuosista  Concertino para flauta”.
A partir de la muerte de su padre, dejo de escribir “música seria” y empezó a escribir música como manera de ganarse la vida, debido a su mala situación económica. Empezó a escribir piezas de piano para pianistas intermedios y canciones acompañadas de piano. Esto le proporcionó un enorme éxito en toda Europa y en Estados Unidos
Tenía un público femenino ferviente que la adoraba, mientras los sectores musicales masculinos, denigraban su música como música de salón. En definitiva, Chaminade escribía su música para sus contemporáneas, para las mujeres aficionadas a la música, pianistas y cantantes de mediano nivel.
Cécile recorrió toda Europa y Estados Unidos con enorme éxito, llegando a ser recibido por el presidente Roosevelt o la reina Victoria de Inglaterra. 
En 1925 se retiró definitivamente de la escena musical y después de sufrir la amputación de un pie, fue a vivir a Montecarlo, donde vivió hasta su muerte, el 13 de agosto de 1944.

Obra

Su obra consta de más de cuatrocientas composiciones, de las cuales apenas podemos escuchar hoy en día algunas grabaciones. Entre sus composiciones, la mayoría publicadas sólo en partitura y no grabadas comercialmente, encontramos un ballet, “Callirhoé”, que se mantuvo en cartel durante meses desde su estreno; el famoso Concertino para flauta; los Seis estudios de concierto para piano; una obra escénica, “La Sevillana”; una Sonata en Do menor; una gran cantidad de canciones para soprano y piano; e innumerables piezas para piano solo.
Su nombre esta olvidado hoy en día por el gran público y sólo reservado a unas cuantas personas curiosas. Hasta tal punto esto es así que una magnífica grabación de la Deustche Gramophone, realizada por la soprano Anne Sophie Von Otter, no lleva en portada ni en la carátula del disco el nombre de la compositora, sino en la contraportada y en letra menor.


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