Dame Ethel Mary Smyth,nacida en el siglo XIX, fue una compositora inglesa y una de las
líderes del movimiento sufragista.
La "Gran Dama del Imperio Británico nació en
Inglaterra, en el seno de una familia militar de medio rango, dotada desde su
más temprana infancia de una polifacética, curiosa y tenaz personalidad.
Compositora, directora, también prolífica
escritora, Smyth supo desde muy joven imponerse ante la voluntad familiar,
cuando en alguna oportunidad (y en curso contrario a sus hermanas, dispuestas
todas a casarse) se rehusó a comer y a participar de actividades sociales hasta
que le permitieran proseguir con sus estudios musicales formales.
Sus primeros recuerdos como creadora se ubican en
sus 12 años, cuando escribía dúos y acompañamientos que interpretaba junto a
una de sus hermanas.
Como su madre (pianista francesa), había heredado
el admirable don de transportar y tocar de oído, y, finalmente y a pesar de los
deseos de su padre, a los 19 años comenzó a estudiar en el Conservatorio de
Leipzig, Alemania, en donde trabó amistad y se nutrió de influencias de músicos
tales como Johannes Brahms, Clara Schumann,
Piotr Tchaikovsky y Gustav Mahler.
Sus
trabajos incluyen sinfonías, trabajos corales, música de sala y óperas (siendo
la más famosa The Wreckers).
Su oído se deterioró en sus últimos años, y escribió muy poca música. Murió a los 86 años de edad y sus restos fueron incinerados.
La siguiente ópera de Ethel Smyth, la
titulada The Wreckers (Los náufragos), fue compuesta entre los años
1903 y 1904, y ha sido considerada como su obra más lograda. A pesar de que el
libreto original está compuesto en lengua francesa, la ópera suele
representarse en inglés, adaptada por su único amante, Henry Brewster.
Transmitida la fuerte personalidad de la
compositora y su preocupación por los derechos de las mujeres, este trabajo
tiene un estilo distintivo y ecléctico. Algunas baladas y piezas grupales son
simples con toques dramáticos que recuerdan a técnicas italianas y alemanas. En
algunos momentos, como en el preludio del segundo acto, se puede apreciar la
influencia del modernismo francés (Debussy). La ópera entera está enmarcada en una
impresionante recurrencia de motivos, en un uso brillante del coro, y en una
grandiosa y poderosa escritura orquestal. Se distingue por abordar temas
comunes en la ópera, amor y muerte, dentro de sus preocupaciones personales
sobre la comunidad y los cambios sociales. Con esta ópera, la autora pretendía
transmitir no sólo a sus amigos músicos, sino a toda la sociedad, la
importancia de luchar, prosperar y el deseo de superación.
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